lunes, 10 de junio de 2013

"Poemas del sublime cotidiano", de José Blanco







Poemas del sublime cotidiano
José Blanco
Pliegos de la visión, nº45, ediciones Babilonia, 2013





A menudo se ha visto, y no con falta de razón, una cierta banalización de la estética rupturista  o comprometida en la poesía visual contemporánea. Pasados los tiempos de una experimentación asumida no sólo como búsqueda de nuevos caminos expresivos, sino también como un enfrentamiento con las tradiciones y los clichés literarios y también con los academicismos establecidos y escleróticos, la poesía visual llegó a principios del siglo XXI a lo que podríamos llamar, aunque en la generalización se me pueda acusar de injusto, una acomodación complaciente en busca de su institucionalización. 

Por suerte, digo generalización pues las excepciones siguen estando ahí, luchando por sobrevivir a la banalidad y al oficialismo, reafirmándose en el compromiso por lo experimental e, incluso, por lo contracultural. Entre esas excepciones nos encontramos con el caso del vizcaíno José Blanco, poeta poliédrico y polifacético, que viene desarrollando su labor poética y creativa, desde hace unos cuantos años, siempre con un cierto sabor a outsider, y que ahora acaba de publicar estos Poemas del sublime cotidiano, dentro de la colección Pliegos de la visión del sello Babilonia, dirigido por el incansable Paco Pérez Belda, que en los últimos tiempos ha conseguido publicar la colección de poesía visual más extensa del país.

La primera sorpresa de este libro es visual: sobre un fondo de color cartón, José Blanco compone poemas con recortes de prensa. Estamos ante una estética muy definida y que forma parte de la cultura visual colectiva: los anónimos; es decir, como las cartas o comunicaciones anónimas que se han usado con unos fines muy determinados, normalmente para la extorsión o, incluso, para la denuncia de algún hecho.

Pero, la lectura de Poemas del sublime cotidiano es un recorrido temporal por un mes, tal vez incluso podemos reseguir las lecturas del propio autor por la prensa de un mes de agosto, concretamente del año 2008, así lo atestiguan las fechas dispuestas en la parte superior de la mayoría de las páginas. De esta manera, podemos decir que el poeta no se limita a leer la prensa diaria, lee más allá de las noticias, dentro del texto escrito, en su tipología, en sus grafismos; y encuentra palabras, expresiones, frases, verbos, que recorta y extraer de esa realidad informativa para usarlos y crear nuevos poemas, una nueva realidad poética y transformadora. Además, también el azar entra en juego, el azar del encuentro, de lo que podrían ser poemas hallados, poèmes trouvés como los objects trouvés, tan al gusto de los vanguardistas del principio del siglo XX. En este caso, el hallazgo son las palabras o las frases, y la labor del poeta es su recolocación para la consecución de una obra nueva y original. La maestría de José Blanco como poeta le hace crea imágenes magníficas, en esa búsqueda, como bien dice el título, de lo sublime en lo cotidiano, no exentas de ironía y agradabilísimas sorpresas:

La metamorfosis
está en la elección
verdadera
más que en una
que rebasa
(pág. 12)

o

Las palabras son aún más
un cuchillo de cortar jamón.
(pág. 16)

Y en medio de esas frases encontradas y recolocadas por el poeta para crear poesía o metapoesía, nos encontramos, de repente, con una imagen terrible, dolorosamente aséptica y divulgativa, sacada también de las páginas de los diarios y que hace referencia a los métodos de tortura sistemática y sistematizada, envuelta por un aura de “alegalidad” como forma de eufemismo, de militares norteamericanos sobre reclusos de centros de detención, convertidos en limbos legales de vergüenza de dimensiones internacionales, como Guantánamo o Abu Ghraib. Aquí el poeta no transforma, extrae la ilustración y nos la muestra tal cual, desnuda. En medio de nuestra tranquila y acompasada realidad, en medio de felices hallazgos sublimes, se nos presenta un hachazo horrible para recordarnos el mundo inmoral que entre todos estamos construyendo. Algunos dirán: el mundo que nos ha tocado vivir, y el poeta nos dice: no, es el mundo que estamos construyendo entre todos, con nuestro querer no saber demasiado, con nuestro mirar hacia otra parte, con nuestro pensar que los norteamericanos no somos nosotros, cuando en realidad seguimos al día los resultados de la bolsa de Nueva York, o la de futuros de Chicago, y gastamos nuestro ocio viendo partidos de la NBA o películas de Hollywood.

Por último, el libro contiene una segunda parte, cargada de una gran sensibilidad, titulada: “Una línea sutil (haikus y tankas)”, donde podremos encontrar piezas tan deliciosas como:

tan necesarias
alas para volar
tan imposibles
(pág. 32)

En definitiva una propuesta no solo interesante a nivel estético y experimental de gran calado poético, sino también un despertar de conciencias en medio de las cortinas de humo de la información cotidiana institucionalizada y aleccionadora.



No hay comentarios: